>> Fracciones estables de restos vegetales
La materia orgánica está compuesta por restos vegetales transformados en el suelo en fracciones más estables, el humus. El humus es importante para la calidad del suelo, aunque mucho depende de la edad del humus. Ya que la materia orgánica se degrada año tras año en partículas cada vez más pequeñas, las cuales van perdiendo su función y utilidad. Esto significa que dos suelos pueden tener el mismo contenido de materia orgánica, aunque sus efectos pueden ser muy diversos. Un ejemplo son los suelos antiguos de las colonias turberas en los Países Bajos. Tienen un alto contenido en materia orgánica, aunque tan antigua que ya ha perdido su función. En cambio, los suelos jóvenes de los pólderes neerlandeses contienen materia orgánica muy activa, con todas las ventajas conocidas. Por lo tanto es importante que haya suficiente materia orgánica joven y activa en el suelo. Pero, ¿cuánto exactamente? Los suelos con mucha materia orgánica activa retienen bien el agua, lo cual es muy útil en veranos secos, pero después de un invierno muy húmedo, este mismo suelo tardará en secarse y el agricultor no puede empezar a trabajar la tierra. Además, el riesgo de lixiviación de nitrógeno aumenta si hay mucha materia orgánica activa en el suelo. Sin embargo, un nivel demasiado bajo tampoco es bueno ya que hace que la producción sufra, como se ha comprobado en las granjas experimentales de Vredepeel y Valthermond durante algunos años.
>> Preocupación por un descenso de materia orgánica
Los agricultores están convencidos de la utilidad de la materia orgánica y temen una bajada del nivel si tienen que cumplir con la nueva normativa de fosfatos en 2015, lo cual reduciría sus ingresos. Todavía no se conocen los niveles de las nuevas normas, pero van dirigidas hacia una fertilización equilibrada: es decir, no introducir más fosfatos con el abono que las plantas puedan absorber, para evitar la acumulación de fosfatos en el suelo. Esto significa limitar la cantidad de abono animal y por lo tanto la cantidad de materia orgánica que un agricultor pueda utilizar. Hasta la fecha todavía no se ha descubierto un descenso del contenido de materia orgánica como promedio en los Países Bajos, según datos de la agencia de análisis de suelos Blgg AgroXpertus. Aunque esto no quiere decir que el nivel no esté disminuyendo en las explotaciones individuales. En la investigación de sistemas agrícolas en las granjas experimentales de Vredepeel, Nagele y Westmaas se encontró un descenso del nivel de materia orgánica en el período 1996 a 2004. Los agricultores de los suelos ligeros del Noordoostpolder y los cultivadores de bulbos en suelos arenosos han comprobado que los niveles de materia orgánica han caído por debajo del mínimo crítico. Como consecuencia, el suelo es más difícil de trabajar y los ingresos parecen bajar. Por eso los agricultores han empezado a incorporar más materia orgánica y van notando sus efectos positivos. Sukkel y Ten Berge esperan que, incluso con la futura normativa, los agricultores puedan utilizar suficiente materia orgánica para mantener unos niveles aceptables. Aunque tendrán que utilizar más abono verde y compost, a la vez que incorporar más los residuos de sus cultivos, en vez de venderlos. Sukkel añade: ‘Crece la tendencia entre los agricultores de vender los residuos de los cultivos, como las hojas de remolacha, para la producción de energía. Para el suelo es una tendencia equivocada. Se debería dejar los rastrojos en el campo para incorporarlos al suelo.’
>> ¿Cuánto es necesario?
Este tipo de medidas son caras. Por eso es necesario saber qué contenido de materia orgánica se necesita para garantizar una buena calidad del suelo. Sin embargo, no hay nadie que pueda contestar a esta pregunta correctamente. Tampoco se sabe qué pasará si el agricultor no utiliza suficiente materia orgánica. No se sabe si la producción bajará o no. Ten Berge explica: ‘En el proyecto “Teelt de grond uit” (Cultivos sin tierra) se logra obtener un alto rendimiento de producción con ayuda mucha técnica, y sin el uso de materia orgánica.’ Pero añade: ‘el suelo es como un amortiguador capaz de absorber mucho, también sin estas técnicas de control. Aunque para ello sí se necesita justamente la materia orgánica.’ Tanto Sukkel como Ten Berge están convencidos de que la materia orgánica es importante y que en ningún caso el nivel de materia orgánica en el suelo debe bajar más. No sólo debido a un posible descenso de la producción sino también por el almacenamiento de carbono en el suelo como medida climática, que es igual de importante. A nivel mundial hay 3,5 veces más carbono en el suelo que en la atmósfera. Si baja el nivel de materia orgánica en el suelo, aumentará la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Además, un suelo con materia orgánica puede almacenar más agua, un factor importante para el patrón de precipitaciones cambiante que se espera debido al cambio climático. Por eso Sukkel advierte a los agricultores: ‘Asegúrense de mantener un buen nivel de materia orgánica de sus suelos. En caso contrario tendrán problemas, si no es ahora, será en el futuro.’
La presencia de materia orgánica en el suelo asegura:
- Resistencia a enfermedades y plagas;
- Una buena estructura del suelo, con un efecto positivo sobre aspectos como el enraizamiento de las plantas, la facilidad de trabajar el suelo, la capacidad de carga del suelo y la creación de una buena cama de siembra;
- Menos lixiviación de plaguicidas y nutrientes;
- Suministro y almacenamiento de nutrientes;
- Buena infiltración y almacenamiento de agua;
- Almacenamiento de carbono para reducir los efectos del cambio climático;
- Vida activa y variada del suelo.
Fuente : Wijand Sukkel y Hein ten Berge (Syscope / Wur)